Como sabes, la feria PROXECO engloba tanto a productos ecológicos como a productos de proximidad. De los beneficios de consumir ecológico ya te hablamos en este otro post, pero ¿y los productos de proximidad? ¿sueles elegirlos habitualmente?
Consideramos que un producto es de proximidad cuando desde su lugar de cultivo y/o producción hasta su lugar de consumo no distan más de 100 kilómetros. Esto tiene diversas implicaciones; la más importante es que se trata de productos frescos.
Muchas veces, el transporte de mercancías en largas distancias hace que parte de los alimentos se echen a perder. En el caso de los productos de proximidad esto no sucede porque se elimina directamente ese eslabón: no existen intermediarios ni transportistas en la cadena, sino que es el propio productor el que vende o comercializa directamente su producto.
Seguramente habrás consumido muchas veces de este tipo de alimentos, ya que estamos hablando de pequeños locales como carnicerías, panaderías, pescaderías o fruterías que puedes encontrar en tu barrio. La competencia directa de estos negocios de toda la vida son los supermercados donde, en la mayoría de las ocasiones, se vende ya todo procesado y envasado. Y normalmente esto implica la adicción de conservantes, colorantes, saborizantes… y otros elementos que hagan a los productos atractivos y consumibles mucho más tiempo.
Evidentemente, esto va en contra de su frescura e, incluso, de su valor nutricional. Por eso los productos de proximidad, también llamados de cercanía o de kilómetro 0, suponen una alternativa sana y adecuada para nuestra alimentación.
Beneficios de consumir productos de proximidad
Consumir productos de cercanía redunda en favor del medio ambiente, ya que se evitan las emisiones de gases contaminantes habituales derivadas del transporte. Además, los consumidores pueden beneficiarse de un precio más competitivo al tiempo que ayudan a crecer a los pequeños productores, que tienen control directo sobre el proceso de venta.
La relación productor-consumidor es más cercana y eso constituye un importante punto a favor: el consumidor se siente mejor atendido y el productor fideliza a su cliente. Además, como ya se ha señalado, normalmente se trata de productos frescos y el poco margen en tiempo y espacio que transcurre desde su obtención hasta su venta facilita un consumo en condiciones óptimas. Es decir, se previene el desperdicio alimentario que a veces lleva aparejada la distribución de mercancías.
El consumo de productos de kilómetro 0 se encuadra dentro de la economía circular, al igual que el de los productos ECO, si bien no gozan de un etiquetado específico y reglamentario como sí sucede con los ecológicos. Y aunque en la mayoría de los casos se aplica al ámbito de la agroalimentación, hoy en día se pueden encontrar productos de proximidad, por ejemplo, en artesanía.
Te animamos a que visites PROXECO los próximos 24, 25 y 26 de mayo, donde podrás conocer a muchos pequeños productores que expondrán sus productos de cercanía.